jueves, 3 de noviembre de 2011

Sin Raya no hay infraestructuras, no hay futuro, hay Extremadura



Que la falta de inversión en infraestructuras en la región rayana es una pesada losa que el gobierno extremeño nunca ha tenido la menor intención de subsanar no es ninguna novedad en ésta página. Hoy vamos a dejar dos pequeñas muestras de las consecuencias funestas que dicha carencia causa en La Raya.

Así podemos comprobar como hasta Jerez llegó la crisis, parece mentira que la localidad que cuenta con el Grupo Gallardo y con Cristian Lay para tirar del empleo se vea sumida en el estancamiento, cuando no regresión económica y demográfica. Pero no sorprende a los jerezanos que señalan con buen criterio uno de los problemas estructurales, que no coyunturales, que sufre el municpio templario, la falta de infraestructuras.

Las infraestructuras son, según coinciden todos los interesados, otros de los principales talones de Aquiles de Jerez, que ha contribuido al estancamiento de algunos negocios, incluidos los dos grandes, frenando el desarrollo y el potencial del pueblo. «Echamos en falta mejores carreteras y, sobre todo, un polígono industrial, una promesa de la que estamos pendientes desde hace ocho años y que no ha llegado nunca», apunta Carlos Boza, presidente de la Asociación de Industriales de Jerez de los Caballeros (Asinje).
 
Miguel Ángel Leal es todavía más específico: «Un 54% de la producción de Cristian Lay va al extranjero y, sin embargo, carecemos de vías de comunicación apropiadas. La autovía Zafra-Jerez se paralizó y estamos lejos de todos los aeropuertos internacionales», subraya.
 
La alcaldesa, Magarita Pérez, parafraseando a un cantautor extremeño reconoce que «a veces los caminos dan a los pueblos ventaja» y está de acuerdo en que las buenas comunicaciones son importantes en el mundo de los negocios. «Nos beneficiaría muchísimo tener una autovía Jérez-Zafra, eso es innegable, pero sabemos que es un momento difícil. Con respecto al polígono industrial, todavía tenemos terreno, aunque no para albergar las grandes empresas auxiliares, que han nacido a la sombra de Cristian Lay y el Grupo Gallardo. Ahora mismo apostamos por ampliar el actual polígono», dice la primera edil.
 
Así está Jerez, un municipio de indudable interés turístico, con posibilidades de desarrollo endógeno industrial, pero con unas comunicaciones tercermundistas como las que sufre toda la Raya que ahogan su economía, sin visos de tener a corto, medio o largo plazo conexión por autovía con Zafra y no digamos ya con Badajoz.
 
Pero los males de las infraestructuras tercermundistas no azotan solo a las pequeñas localidades Rayanas, su capital también es la primera en sufrir en carne propia los mismos males.
 
Y es que el Palacio de Congresos de Badajoz sólo ha acogido un congreso en lo que va de año según nos anunciaba el diario Hoy. Ignoraremos la pésima promoción que del mismo hace la Junta de Extremadura y que ya hemos recogido aquí en el pasado.
 
Sin embargo, para García Salas, hay dos elementos principales que impiden el despegue del Palacio de Congresos pacense: la falta de una entidad local que lo gestione y las deficientes infraestructuras de transportes. «En Badajoz tenemos las infraestructuras para acoger congresos, pero no tenemos una organización para comercializarlos», asegura en cuanto al primer elemento.
En cuanto al segundo apunta que, aunque la ciudad es asequible para los visitantes, desplazarse a ella no lo es. «El avión no sirve ni por los destinos ni por precio y el tren no es una alternativa. Los congresistas tendrían que venir en coche», explica y propone que se organicen vuelos charter para traer a los participantes.
 
Pues esto es lo que hay, si alguien pretende que a estas alturas del siglo XXI un congresista venga por placer o trabajo a una ciudad exclusivamente en coche, sin plantearse el avión ni el tren en la era de las aerolineas de bajo coste o del tren de alta velocidad es un pobre iluso. La Raya compite en el siglo XXI con infraestructuras más propias del siglo XIX y así es imposible tener éxito. Sin nadie que defienda a la Raya no llegarán como no han llegado las infraestructuras, sin infraestructuras vendrá el paro, el estancamiento económico y demográfico y con ello la decadencia y el éxito del extremeñismo, por fin tendrán una Raya donde no haya justificación para invertir en autovías, aeropuertos o plataformas logísticas.

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